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Lo que cuentan los Elefantes sobre la herencia materna.

Foto del escritor: Claudia BoteroClaudia Botero

El hombre y la mujer tienen procesos de desarrollo humano esencialmente diferentes y, estos tienen que ver con el entramado de circuitos que nos constituyen como seres diversos, el uno del otro. Es un hecho, somos hombre y mujer, y somos diferentes aunque esencialmente iguales. Procesamos la informaciĆ³n de distinta manera para cumplir con la funciĆ³n biolĆ³gica primaria que, a muy, pero muy grandes rasgos, es para el varĆ³n la de control ambiental y protecciĆ³n de la especie, y para la mujer el mantenimiento de los vĆ­nculos en el grupo y la perpetuaciĆ³n de la especie.

Hay indicios de que en este orden de ideas, el material genĆ©tico con el que contamos para transmitir generacionalmente hombres y mujeres es particularmente diverso. Por ejemplo, la herencia por la lĆ­nea materna que es solo transmitida de mujer a mujer, contenida en el ADN mitocondrial se pierde cuando una generaciĆ³n no tiene hijas. Funciona mas o menos asĆ­: el Ć³vulo tiene dos tipos de ADN, uno en la mitocondria, que sirve para generar la energĆ­a necesaria y otro en el nĆŗcleo que es el que se va a combinar con el material genĆ©tico del espermatozoide. El espermatozoide a su vez, tiene un ADN en su nĆŗcleo y el ADN mitocondrial en la cola o flagelo que lo empuja a buscar el ovulo. La cola se desprende cuando la fecundaciĆ³n ocurre y solo el material genĆ©tico proveniente de la cabeza del espermatozoide participa en la producciĆ³n del nuevo ser. Es asĆ­ como el rastreo del ADN mitocondrial, lleva a conocer nuestro ancestro femenino mas antiguo, llamada la Eva Mitocondrial, datada unos 200.000 aƱos atrĆ”s, mientas que este mismo razonamiento usado para datar al AdĆ”n cromosĆ³mico, revela que este existiĆ³ durante un lapso que va desde los 60.000 a los 140.000 aƱos atrĆ”s. Parece que la informaciĆ³n genĆ©tica mas antigua con la que contamos en nuestros cuerpo, es cargada y transmitida por la mujer de nuestra especie. El Elefante como arquetipo, como programa biolĆ³gico y como energĆ­a espiritual, representa este tipo de transmisiĆ³n genĆ©tica. Una estructura matri-lineal donde por vĆ­a de las hembras de la especie se transmite el linaje. Este linaje ha sido ampliamente relatado en toda clase de mitos y leyendas desde la remota antigĆ¼edad, donde el Elefante es portador de sabidurĆ­a cĆ³smica, poder y bondad. Encarnado en el dios Ganesha, el Elefante, es en este caso, un niƱo con cabeza de elefante que representa el conocimiento de todas las artes, la inteligencia y la sabidurĆ­a y es un muy buen guardiĆ”n del hogar y de todo nuevo emprendimiento. AlgĆŗn aspecto de Elefante me lleva a la sabidurĆ­a de las abuelas, a su conocimiento de los matices profundos de la vida y las artes. Es conocido de alguna manera que la iniciadora de las artes en nuestra especie fue la hembra humana, y no quiero decir que los hombre no hayan participado en esto. Me refiero al hecho de que es lo muy femenino lo que da nacimiento a todas las estrategias posibles para comunicar, entender y relacionarse a travĆ©s de lo emocional y el lenguaje. El Elefante es tambiĆ©n por ello un excelente patrono de cualquier proyecto educativo. Si el Lobo te pone en la energĆ­a de enseƱar y/o aprender, el Elefante refina la energĆ­a de los conceptos y eleva el nivel de comprensiĆ³n, lo hace universal, cĆ³smico. Revela una visiĆ³n del mundo mediante recursos plĆ”sticos, estĆ©ticos, lingĆ¼Ć­sticos. Pero lo que es revelado tambiĆ©n es entendido porque pertenece a nuestro corazĆ³n, como lo es un linaje. Esto es lo que soy, de aquĆ­ es de donde vengo, esto es lo que hago aquĆ­ en la tierra, hacia ese lugar voy.

La solidaridad con la familia y con los mas dƩbiles es una bella cualidad de Elefante. Solo como grupo podemos sobrevivir y solo respetando la vida y la fragilidad del otro puedo entender el respeto por mi propia vida y por mi propia fragilidad. Entender esto de nuestro linaje, es algo que como especie nos esta presionando evolutivamente. Tenemos que lograr nuevas compresiones de lo que somos como grupo para poder sobrevivir, o tal vez, mejor decirlo, regresar a las antiguas comprensiones, regresar a los cimientos para retomar el camino.

Se sabe que Elefante recorre grandes distancias para morir, para acompaƱar a sus muertos y no los olvida. Este es otro regalo del linaje. Los hilos tejidos en el infinito del tiempo de unos con otros. No estamos solos, no lo estaremos jamƔs, pues somos, como raza, pura unidad; y todo lo magnifico hecho por uno de nosotros nos pertenece y como linaje, tambiƩn tenemos el derecho de solo tomar lo bello realizado por nuestros antecesores y crecer desde allƭ. No hay que pagar deudas, pues estas ya se pagaron con las vidas de aquellos que incurrieron en la falta. Este es un linaje de pura luz y belleza.

Es necesario saber que nos corresponde un linaje espiritual que viene desde lejos en el tiempo, que es transmitido por nuestras madres, que tiene que ver con conocer y sostener lo aprendido en el viaje de una generaciĆ³n a otra. Que este conocimiento se relaciona con solidaridad, memoria y comunicaciĆ³n empĆ”tica con lo que nos rodea y, como lo mas importante de la medicina que trate el Elefante al mundo, es que esto nos es dado por derecho de nacimiento. Es decir, todos somos hijos de la misma estrella. El destino de todos nosotros es ser dioses. Elefante te conecta con esto.

Recuerda que medicina se llama a todo aquello que te conecte de una u otra manera con el sagrado espĆ­ritu, con tu centro, con tu mas grande potencial.

Foto de Isabella Juskova

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© 2016 by Claudia Botero

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